domingo, 16 de octubre de 2011

(7) Ermita de San Baudelio, paraíso soriano



"El paraíso, la gloria, allí es donde estoy ahora mismo. Si podía imaginar un lugar elevado, solitario, aislado, lejos de todo y de todos, con un cielo amplio y profundo, i al lado de una construcción religiosa, creo que no hay nada mucho mejor que esto..."



"Excepto cuando he llegado, que había un par de coches de desubicados burócratas no sé muy bien a santo de qué, el resto del tiempo he estado realmente solo, de no ser por los aviones que cruzaban el cielo, las cabras y algunos buitres..."



"El silencio es tan consustancial al lugar como sus rocas o sus prados, parece incrustado en la esencia, en el alma de esta tierra. Tiene un poder inmenso, y al contrario que en las ciudades, no puedes quebrarlo con facilidad..."



"Me rodea un paraje casi desértico en algunos puntos, y húmedo y verde en otros. Creo que no puede haber mejor lugar para sentir esa conexión, tan débil en las urbes, entre Dios, el Cosmos y el hombre..."



"Al lado mismo de la ermita, que contiene una singularísima combinación de arte musulmán y cristiano, hay una antigua necrópolis, lo que dota de atractivo aún mayor al sitio. He salido a pasear por los alrededores, alejándome del caracol y advirtiendo la inmensa extensión, vacía de gente, que me envuelve. Es un poco aterrador (¿si me sucede algo, quién acudiría en mi auxilio...?), pero precisamente por eso, al mismo tiempo encantador..."



"He subido a la loma a leer, a la luz de un sol que aquí arriba parece más poderoso, más intenso, con más ganas de brillar. La puesta de sol de la estrella ha sido magnífica, engalanada con los cirros y los trazos de aviones. Las otras estrellas también han aparecido con fuerza, pese a la Luna, intensa y dicotómica..."



"Aquí me quedaría una semana, un mes, un par de años... si pudiera. La magia, el recogimiento y la felicidad me rodea. Esto es el éxtasis, sin más..."

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